martes, 19 de marzo de 2013

Emile Durkheim

Emile Durkheim, en su obra Las reglas del método sociológico, elabora una teoría sobre el cometido de la investigación social, con un claro enfoque positivista, en la que el axioma fundamental es que los hechos sociales deben ser tratados como cosas. Anteriormente, la sociología había tratado de conceptos, y no de cosas, esto es, de conceptos definidos y no conceptos eleborados científicamente (Giner, 2008) .

Para Durkheim los hechos sociales son formas de vivir, pensar y sentir, que existen con independencia de las conciencias individuales, es decir, que son realidades externas a las personas y se imponen a estas de manera coercitiva, pues para pertenecer a una sociedad hay que aceptar y practicar estas maneras de vivir, pensar y sentir. Sin embargo, los miembros de la sociedad no experimentan ese constreñimiento como tal, sino que han interiorizado la conciencia colectiva, sobre todo, a través de la educación, por lo que la coacción es sustituida por la costumbre y por la conciencia moral desarrollada por cada individuo (Rocher, 1976). Pero la sociología no estudia individuos, sino continuidades grupales, de tal manera que los hechos sociológicamente relevantes provienen siempre del grupo.

Puesto que los fenómenos sociales son cosas, su realidad es totalmente objetiva. "Cosa es todo lo que es dado, lo que se impone a la observación, de forma que tratar los fenómenos como cosas, es tratarlos como datos, que constituyen el punto de partida de la ciencia" (Durkheim, 2001:55). Pone como ejemplo Durkheim, que "lo que se nos da no es la concepción de la idea de moral, sino el conjunto de reglas que determinan de una manera efectiva la conducta" (Durkheim, 2001:55).

Para que la sociología pueda obtener datos de los hechos sociales, el sociólogo, una vez determinado el objeto de estudio, debe abandonar todas las prenociones que tenga de esa realidad, es decir, todos aquellos conceptos que no hayan sido elaborados científicamente, dejar a un lado el "sentido común", de manera que pueda considerar sólo los hechos objetivos (Durkheim, 2001).

Además, únicamente se ha de tomar, como objeto de investigación, un conjunto de fenómenos que posean caracteres comunes, los cuales han de ser definidos de antemano para saber qué variables se han de tener en cuenta en su investigación y poder así acceder a aquellos caracteres que se hallan a mayor profundidad, los más importantes, y que no son observables a simple vista. En el estudio sobre la religión, a Durkheim no le interesaban las creencias, prácticas y rituales, tanto como lo que se escondía trás ellas, su función social, el porqué de las mismas (Durkheim, 2001).

Por último, el sociólogo debe alejarse lo más posible del objeto de estudio y "considerar sus hechos por el lado en que se presenten aislados de sus manifestaciones individuales" (Durkheim, 2001:68). La vida social está en contínuo movimiento, en constante transformación, por eso dependiendo de la sociedad y la época, los hechos sociales tendrán una forma distinta, y la conciencia colectiva cristalizará y será manifestada por los individuos, también de diversas maneras. Estas características particulares no son las que interesan al sociólogo, sino "los hábitos colectivos que se expresan en formas definidas, reglas jurídicas, morales, dichos populares, hechos de su estructura social, etc." (Durkheim, 2001:68) que se mantienen constantes por lo que sí están al alcance del observador.


Bibliografía
Durkheim, E. "Las reglas del método sociológico", Ed. AKAL, Madrid, 2001 pp 54-69.
Giner, S. "Historia del pensamiento social", Ed. Ariel, Barcelona, 2008 pp 648-656.
Rocher, G. "Introducción a la sociología general", Ed. Herder, Barcelona, 1976 pp 25-27.


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